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Educación primaria y secundaria
Equilibrio entre online y offline en la educación, ¿cómo lograr un enfoque híbrido?
| Por Isaac Besudo, Director general y de ventas corporativas en Lexmark para México
Si bien muchos estudiantes han vuelto a clases presenciales, el aprendizaje a distancia se está convirtiendo en la norma, aunque esta modalidad encuentra obstáculos de desigualdad.
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En los dos últimos años de la pandemia ha quedado demostrado que el aprendizaje a distancia, de una u otra forma, llegó para quedarse. Aunque la mayoría de los estudiantes han vuelto a la escuela, vemos que la educación a distancia se está convirtiendo en la norma, ya sea en sesiones individuales con profesores especializados o proporcionando acceso educativo a personas vulnerables.
También es cierto que la pandemia y los subsiguientes cierres ayudaron a acelerar el avance de la tecnología educativa o "Ed-Tech", sin embargo, en algunos casos también ha exacerbado la brecha digital que existe en las comunidades de todo el mundo. Es decir, el acceso a la tecnología puede suponer una barrera para los más desfavorecidos económicamente.
Los estudiantes más jóvenes se ven especialmente afectados por las interrupciones de la educación. Mientras que los que tienen acceso a Internet y a computadoras pueden adaptarse trasladando parte de sus estudios al mundo online, para muchos otros el acceso es limitado o nulo, provocando las desigualdades digitales que dificultan el aprendizaje.
En todo el mundo, el acceso a Internet dista mucho de ser abundante, e incluso para aquellos que pueden acceder a las clases en línea, además de que la calidad del compromiso es difícil de reproducir, especialmente para los niños más pequeños. Por ejemplo, un estudio realizado en 2020 en el que se encuestó a familias de bajos ingresos en Estados Unidos descubrió que el 59% se enfrentaba a barreras en línea, como tener que conectarse desde un smartphone, no tener ningún dispositivo o tener una red en línea poco fiable.
Aunque volver a un bloqueo estricto es poco probable por el momento, crear resiliencia para futuras interrupciones sería una medida sensata para evitar la interrupción generalizada de la educación de los niños. Si no se abordan las brechas digitales, la distancia entre ellas se ampliará, lo que probablemente agravará las desigualdades existentes.
En lo que respecta a la tecnología para la educación, es esencial que los profesores y las escuelas fomenten la inclusión digital y adopten las últimas herramientas e innovaciones. A medida que las tecnologías avanzan y están más disponibles, es importante que las escuelas no amplíen inadvertidamente la brecha digital que ya existe.
Es decir, las instituciones académicas deberían considerar una combinación de soluciones disponibles o un trabajo "híbrido". Plataformas como Google Classroom pueden contribuir en gran medida a equilibrar la brecha entre lo físico y lo virtual para apoyar con éxito el rendimiento de los estudiantes.